Nuestro objetivo principal es intentar conseguir recaída 0, explotando con mayor profundidad la enorme cantidad de datos que se tienen de forma rutinaria en el diagnóstico y seguimiento de la enfermedad. Actualmente, el tratamiento que recibe el niño depende del grupo de riesgo al que pertenece. Éste se clasifica según la presencia o no de algunos factores biológicos encontrados tanto en el diagnóstico como en la respuesta a la terapia, esto es, los niveles de enfermedad mínima residual en momentos concretos del tratamiento. La enfermedad mínima residual consiste en la persistencia de células malignas, aún en niveles bajos, durante o tras finalizar el tratamiento. Puede ser estudiada mediante la citología, citogenética y citometría y tiene significado pronóstico ya que puede predecir la recaída de la enfermedad y por este motivo, conocer su presencia nos puede ayudar a plantear estrategias terapéuticas para prevenirla.